Santiago, RD

Sidane Wade, un joven senegalés de 23 años, se aventuró en un viaje desesperado en busca de un futuro mejor, pero su vida se apagó trágicamente en el mar. Sidane, originario de MBane, una localidad al norte de Senegal, era un sastre y conductor de taxi que soñaba con brindar una vida más digna a su familia. Con su esfuerzo, sostenía a sus padres, construía una pequeña casa para su padre, y era el responsable de comprar la oveja para la celebración del Tabaski, la Fiesta del Sacrificio.

Sidane era uno de varios jóvenes cuyos restos fueron hallados en una embarcación en las costas de Río San Juan, en República Dominicana. Su familia, al enterarse de la tragedia a través de mensajes en redes sociales, quedó devastada. El viaje de Sidane, que comenzó en enero desde Mauritania, terminó en el silencio del océano, dejando a sus seres queridos con un profundo dolor.

La comunidad de MBane, donde la ganadería, el comercio y la agricultura son las principales actividades, lamenta la pérdida de uno de sus jóvenes. La falta de oportunidades empuja a muchos a emprender peligrosos viajes en busca de un futuro más prometedor en Europa. Sidane es recordado como un joven amigable y correcto, cuyo sueño de ayudar a su familia terminó en una tragedia que conmueve a toda su comunidad.

A pesar del dolor, su familia ha iniciado las ceremonias fúnebres según la tradición musulmana, aunque los restos de Sidane aún no han sido repatriados. Su padre, un devoto creyente, espera recuperar el cuerpo de su hijo para darle un entierro digno en su tierra natal.

Esta trágica historia resalta la desesperación que muchos jóvenes africanos enfrentan, arriesgando sus vidas en busca de oportunidades que les permitan mejorar las condiciones de sus familias. Para la familia de Sidane, la herida es profunda, pero su recuerdo permanecerá vivo en sus corazones y en la memoria de su comunidad.

Por redaccion

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