Hoy, 10 de agosto de 2024, se conmemoran 30 años desde la firma del Pacto por la Democracia, un acuerdo histórico que marcó un punto de inflexión en la política dominicana. El pacto, firmado por el entonces presidente Joaquín Balaguer y el líder opositor José Francisco Peña Gómez, fue el resultado de una intensa crisis política y electoral que amenazaba con desestabilizar el país.

Todo comenzó con las elecciones del 16 de mayo de 1994, en las que Balaguer, candidato del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), fue proclamado ganador por la Junta Central Electoral (JCE). Sin embargo, la oposición, encabezada por Peña Gómez, denunció un fraude electoral, lo que llevó a protestas y manifestaciones en todo el país.

Ante la creciente tensión, Balaguer propuso a Peña Gómez compartir el poder, dividiendo el mandato presidencial en dos períodos de dos años para cada uno. Peña Gómez rechazó esta oferta y, en su lugar, sugirió la firma de un pacto que estipulara medidas concretas para resolver la crisis.

El resultado fue el Pacto por la Democracia, firmado el 10 de agosto de 1994 en el Palacio Nacional, con la mediación del entonces arzobispo de Santo Domingo, monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez. Este acuerdo incluyó la reducción del mandato de Balaguer a dos años, la prohibición de la reelección consecutiva y la separación de las elecciones presidenciales, municipales y congresuales. Además, se estableció que un candidato debía obtener al menos el 50% más uno de los votos para evitar una segunda vuelta electoral.

El pacto logró reducir la tensión política y permitió la celebración de nuevas elecciones en 1996, bajo la supervisión de la JCE y observadores internacionales. En esas elecciones, José Francisco Peña Gómez enfrentó a Leonel Fernández del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Aunque Peña Gómez obtuvo el 49% de los votos en la primera vuelta, Fernández ganó en la segunda vuelta con el apoyo del PRSC de Balaguer y el PLD, en una alianza conocida como el Frente Patriótico.

El Pacto por la Democracia no solo resolvió una crisis inmediata, sino que también dejó un legado duradero en el sistema político dominicano, fortaleciendo la democracia y estableciendo precedentes que aún repercuten en la vida política del país. A pesar de las controversias y los desafíos, este acuerdo es recordado como un momento clave en la historia dominicana.

Por redaccion

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