Kamala Harris, vicepresidenta y candidata presidencial demócrata, pidió en un mitin en Milwaukee, Wisconsin, votar contra Donald Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Harris destacó que «el camino hacia la Casa Blanca pasa por Wisconsin», uno de los estados clave que decidirán el resultado de las elecciones.
Harris cuestionó si los estadounidenses quieren vivir en un país de «libertad, compasión y estado de derecho» o en uno de «caos, miedo y odio». Desde que Joe Biden renunció a su campaña de reelección y pidió apoyo para Harris, ella ha ganado el respaldo de suficientes delegados para asegurar la nominación demócrata, según sus declaraciones.
La campaña de Harris, impulsada por el apoyo popular, ha recaudado más de 100 millones de dólares en apenas dos días. En contraste, acusó a Trump de depender del apoyo de millonarios y grandes corporaciones.
Trump, recientemente coronado como candidato republicano, considera a Harris una rival «más fácil» que Biden por ser «más radical». A pesar de estar preparado para debatir con ella, Trump enfrenta varios juicios pendientes y una condena por falsificación de registros contables.
Harris, afroestadounidense de ascendencia surasiática, busca convencer a los votantes en los próximos 105 días de que es la persona adecuada para liderar Estados Unidos. Su candidatura ha recibido un apoyo masivo de figuras importantes del Partido Demócrata y de varios sindicatos.
El presidente Biden, quien ha elogiado a Harris, regresará a la Casa Blanca para dar un discurso explicando su decisión de no postularse para un segundo mandato.