Santo Domingo, RD

El morbo y la fascinación por los casos de figuras asesinadas han tomado un giro perturbador, con los perpetradores de estos crímenes buscando capitalizar su notoriedad y compartir detalles impactantes con el público. Micky Bretón, Canserbero y Selena Quintanilla son solo algunos ejemplos de casos mediáticos revividos por sus asesinos y explotados por medios y personas sedientas de sensacionalismo.

En el ámbito local, el caso de Micky Bretón ha vuelto a ser tema de conversación, con el asesino confeso, Jean Luis Valdez, detallando en una entrevista los eventos que llevaron a la muerte del productor televisivo. Esta resurrección del caso ha causado un profundo dolor a los familiares y amigos de Bretón, quienes condenaron la difusión de esta información y pidieron una revisión del beneficio de libertad condicional otorgado a Valdez.

A nivel internacional, el caso de Selena Quintanilla ha sido objeto de diversas adaptaciones mediáticas, desde entrevistas con la asesina, Yolanda Saldívar, hasta la producción de libros, películas y series de televisión. La familia de la cantante ha expresado su rechazo ante estos proyectos, afirmando que no desean tener ninguna asociación con Saldívar.

En Venezuela, el rapero Canserbero fue víctima de un trágico destino, con nuevos detalles sobre su muerte saliendo a la luz gracias a las confesiones de los verdaderos asesinos. La exhumación de su cuerpo y nuevas investigaciones han descartado la versión oficial del suicidio, revelando la verdad detrás de su fallecimiento.

Por último, el asesinato de John Lennon por Mark David Chapman ha sido objeto de un escrutinio minucioso, con detalles sobre la influencia del libro «El guardián entre el centeno» en el crimen. Chapman reveló que su deseo de fama lo llevó a cometer el homicidio, demostrando la conexión entre su obsesión por la notoriedad y su acto violento.

Estos casos sirven como recordatorio del peligro del morbo y la glorificación de la violencia, y destacan la importancia de respetar la memoria de las víctimas y no dar plataforma a sus perpetradores.

Por redaccion

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