Durante el 2023, la consolidación de ChatGPT (Chat Generative Pre-Trained Transformer) y la irrupción de otras inteligencias artificiales generativas como DALL-E, Bard, AlphaCode o Midjourney han marcado una revolución en la relación entre la inteligencia humana y las máquinas. Esta rápida evolución ha difuminado las barreras entre humanos y sistemas informáticos, llevando a cabo tareas creativas y reflexivas de manera sorprendente.

ChatGPT, desarrollado por OpenAI, se ha destacado por su fluidez en conversaciones, capacidad para responder preguntas, resumir libros, traducir, transcribir y realizar diversas tareas creativas. Ha encontrado aplicaciones en la educación, la industria editorial y ha generado polémicas sobre su uso en la toma de decisiones judiciales y políticas.

La revolución de la inteligencia artificial ha acelerado la carrera tecnológica, con empresas como Google, Meta y Apple buscando no quedarse atrás. Aunque se reconoce el impacto actual de ChatGPT, los expertos consideran que es solo el inicio de una transformación más significativa. Sam Altman, presidente ejecutivo de OpenAI, destaca que la IA es «un trabajo en progreso» y reconoce los riesgos asociados, abogando por regulaciones y una introducción progresiva de la tecnología.

La visión de Altman, comparada con la de figuras como Bill Gates y Steve Jobs, se asemeja más al Proyecto Manhattan liderado por Robert Oppenheimer para fabricar la primera bomba atómica. Altman advierte sobre los peligros de la IA, reconociendo su potencial tanto para el beneficio como para el perjuicio humano. Su papel en OpenAI y su perspectiva sobre la IA lo han convertido en una figura central en esta revolución tecnológica.

Los avances de ChatGPT han acelerado la carrera hacia la Inteligencia Artificial General (AGI), un sistema con capacidades cognitivas humanas. Expertos sostienen que la AGI, que podría superar la inteligencia humana, podría llegar en esta década, marcando un hito tan importante como la imprenta o la llegada de internet. La próxima etapa, la Artificial Superintelligence (ASI), donde la inteligencia sintética supera a la humana, plantea desafíos y preocupaciones sobre su impacto en la humanidad.

La revolución de la inteligencia artificial ha llevado a la humanidad a un punto de no retorno, donde la relación entre humanos y máquinas se redefine, y el futuro de la tecnología y su impacto en la sociedad se vuelven temas centrales en la agenda global.

Por redaccion

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *