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La Asociación de Estados del Caribe (AEC) ha acordado unir esfuerzos para hacer frente a la amenaza del sargazo en la región caribeña, durante su IX Cumbre de Jefes de Estado y/o de Gobierno celebrada en Guatemala. La República Dominicana, representada por el canciller Roberto Álvarez, logró la aclamación unánime de todos los países miembros para abordar el problema como una emergencia regional, debido a la amenaza que representa para el desarrollo de los países afectados. En la Declaración de la Antigua, aprobada por las delegaciones presentes, se abogó por la unificación de la región para abordar los grandes retos comunes.
El sargazo es una proliferación de algas marinas que representa una amenaza para la forma de vida de decenas de miles de personas en el Gran Caribe. Enferma y mata a los peces de los que las comunidades dependen para su alimentación, obstaculiza el paso de embarcaciones, ensucia y abruma las playas, principal atractivo del turismo caribeño. Su simple mal olor y gases nocivos reduce la calidad de vida y potencialmente afecta la salud de los que están en su presencia.
El canciller Álvarez también llamó la atención sobre el aumento del nivel del mar que profundiza las vulnerabilidades y afecta la capacidad de resiliencia del Gran Caribe. Esto trae como consecuencia la contaminación del agua potable, la disminución de las capacidades de producción agrícola, el incremento de las inundaciones que puedan generarse en la costa y la inundación de la mayoría de las islas por el retroceso de las costas. Además, resaltó que ante las amenazas económicas, políticas, sociales y culturales que se presentan en el actual contexto, el multilateralismo se reviste de capital importancia.
Para enfrentar los desafíos globales del siglo XXI, es necesario reformar y fortalecer las estructuras y políticas que emanan de las instituciones internacionales. Es necesario que el sistema internacional evolucione hacia un orden más horizontal y ágil, lo que implica una mayor participación de los países en desarrollo en la toma de decisiones, una nueva arquitectura financiera global que no penalice a los países de ingreso medio y una mayor flexibilidad en la forma en que se abordan los problemas globales. La delegación dominicana estuvo acompañada por el viceministro Hugo Francisco Rivera, la directora de Integración Comercial, Carmen Elena Ibarra, y la embajadora dominicana en Guatemala, Sara Paulino.