España/Salud

El Consejo General de Dentistas de España alerta sobre la importancia de observar el estado de la lengua como una posible indicación de diversas enfermedades en los pacientes, incluyendo anemia, patologías fúngicas, autoinmunidad y problemas hepáticos, entre otras.

La lengua, un órgano muscular altamente vascularizado, cumple múltiples funciones vitales en el cuerpo humano. A pesar de su relevancia, a menudo no se le otorga la debida atención. La lengua está involucrada en funciones esenciales como la fonación, la masticación, la deglución, la percepción del sabor, y la limpieza y lubricación bucal.

Cambios en el estado de la lengua pueden indicar diversas condiciones de salud. Por ejemplo, una lengua pálida puede sugerir anemia, que resulta de una disminución en los glóbulos rojos o la carencia de hierro en el organismo. Las infecciones fúngicas, como la candidiasis oral, pueden manifestarse con una capa blanca en la lengua y las membranas mucosas.

Problemas hepáticos pueden manifestarse en forma de ictericia, que provoca un tono amarillento en la piel, ojos y ocasionalmente en la lengua. Enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico o la enfermedad de Behçet pueden dar lugar a úlceras y llagas en la lengua.

Además, la deficiencia de vitaminas A, B2 y C puede causar inflamación de la lengua (glositis). La falta de vitaminas, el estrés o cambios hormonales pueden resultar en la aparición de grietas en la lengua, lo que se conoce como lengua geográfica.

Un tono enrojecido, inflamación o suavidad en la lengua pueden indicar una deficiencia de vitamina B12, una condición que afecta la producción de glóbulos rojos y el funcionamiento del sistema nervioso.

En cuanto a las patologías cardiacas y circulatorias, la lengua puede tomar un tono púrpura. Enfermedades del sistema digestivo pueden llevar a un tono grisáceo debido a úlceras o reflujo. Infecciones bacterianas como la escarlatina o la sífilis pueden ocasionar cambios en la lengua, dando una apariencia de «fresa» o llagas dolorosas.

El exceso de consumo de tabaco, alcohol, café y té negro puede conducir a una afección conocida como «lengua vellosa

Por redaccion

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