Bruselas, Bélgica

La tercera cumbre entre la Unión Europea y los líderes de América Latina y el Caribe concluyó el martes con tensiones y recriminaciones debido a las discrepancias sobre la invasión de Rusia a Ucrania. A pesar de que la cumbre tenía como objetivo celebrar la renovación de los lazos económicos y las inversiones entre ambas regiones después de ocho años de separación, el fervoroso apoyo de la Unión Europea a Ucrania chocó con la posición distante o neutral de la mayoría de los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).

El tema de la invasión rusa se convirtió en el punto central de discusión durante la cumbre. Nicaragua se negó a unirse a otras 59 naciones, incluyendo Cuba y Venezuela, en la crítica a la guerra, lo que generó tensiones y desilusión entre los participantes. Aunque tradicionalmente se emiten conclusiones al final de estas cumbres, en este caso, la falta de un comunicado final enfrió el entusiasmo de la reunión.

Mientras la UE buscaba una condena clara a Rusia, la declaración que finalmente fue aprobada, con excepción de Nicaragua, expresaba «profunda preocupación por la guerra en marcha en Ucrania». Esto generó un enfrentamiento, ya que la mayoría de los países presentes ya habían expresado posiciones comunes sobre el conflicto en diferentes foros internacionales.

Además de las diferencias en torno a Ucrania, también surgieron divergencias en otros temas. Mientras la UE se enfocaba en nuevas iniciativas económicas y una mayor cooperación para hacer frente a la creciente influencia de China, varios líderes de la CELAC reiteraron reclamos históricos sobre el colonialismo y la esclavitud.

En medio de estas tensiones, los acuerdos comerciales estancados, como el acuerdo entre la UE y el Mercosur, mostraron poco o ningún progreso, a pesar de las promesas de avanzar en los próximos meses. Sin embargo, se destacó la creciente confianza de Centro y Sudamérica, impulsada por la inversión china y la conciencia de que sus recursos naturales serán cada vez más importantes a medida que la UE busca reducir su dependencia de los minerales provenientes de China.

La cumbre anterior se llevó a cabo en 2015, y desde entonces, la pandemia de COVID-19 y la salida de Brasil de la CELAC durante tres años han aumentado la distancia entre ambas regiones. La próxima cumbre está programada para 2025 en Colombia.

Por redaccion

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