Haití
Haití enfrenta una de las peores crisis de su historia reciente, marcada por una escalada de violencia pandillera, un colapso social e infraestructural y una respuesta internacional insuficiente. Según la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, más de 5,600 personas fueron asesinadas en 2024, representando un incremento superior al 20% respecto al año anterior.
Violencia desenfrenada y crisis humanitaria
La violencia pandillera continúa sin control en Haití. En 2024, se registraron más de 2,200 personas heridas y cerca de 1,500 secuestradas, sumando a las más de 5,600 muertes reportadas. La ONU denunció que estas cifras apenas reflejan «los horrores absolutos» sufridos por la población, según Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU.
Uno de los episodios más atroces tuvo lugar en diciembre, cuando más de 200 personas fueron asesinadas en Cité Soleil, un barrio marginal de Puerto Príncipe, en un ataque atribuido a un líder de la pandilla Wharf Jeremie. La ONU calificó este evento como una de las peores masacres en la historia reciente de la capital.
La inseguridad generalizada ha obligado a más de 700,000 personas a desplazarse, buscando refugio en asentamientos improvisados y condiciones sanitarias deplorables. La impunidad sigue siendo prevalente, con 315 linchamientos documentados de presuntos pandilleros y 281 ejecuciones sumarias atribuidas a unidades especializadas de la policía haitiana en 2024.
Respuesta internacional limitada y controversias por deportaciones
Una misión internacional liderada por Kenia comenzó operaciones en junio de 2024, con el apoyo de la ONU, pero el despliegue de apenas 400 oficiales kenianos y 150 policías de Guatemala, Jamaica, Bahamas y otros países fue insuficiente. La misión enfrenta desafíos logísticos y financieros que amenazan su efectividad.
La violencia también afectó la infraestructura clave del país. Sunrise Airways, la última aerolínea comercial en Puerto Príncipe, suspendió sus vuelos en enero tras ataques armados contra aviones en pleno vuelo, dejando al aeropuerto sin conexiones regulares por tercera vez en un año.
La ONU ha instado a los países a detener las deportaciones de haitianos, argumentando que la situación actual no permite un retorno seguro ni sostenible. A pesar de ello, Estados Unidos deportó a más de 27,800 haitianos en 2024, y República Dominicana repatrió a más de 250,000 personas bajo una política migratoria estricta.
Volker Türk subrayó la urgencia de una respuesta internacional coherente y prioritaria ante la crisis en Haití. Mientras tanto, el país sigue sumido en el caos, con su población atrapada en un ciclo de violencia e inestabilidad que parece interminable.