Tel Aviv, israel
La situación entre Israel y Hezbollah ha escalado dramáticamente, con ambos lados intensificando sus acciones militares. El jefe del ejército israelí, teniente general Herzi Halevi, anunció que Israel se está preparando para una posible incursión terrestre en el Líbano, en respuesta a los ataques de Hezbollah, quien recientemente disparó un proyectil hacia Tel Aviv, el más profundo hasta la fecha.
Los ataques aéreos israelíes han aumentado, con el objetivo de «preparar el terreno» para una incursión y degradar las capacidades de Hezbollah, el grupo armado libanés respaldado por Irán. Hezbollah ha lanzado cohetes, misiles y drones hacia Israel en solidaridad con Hamás, aumentando las tensiones desde hace casi un año. El conflicto ha provocado desplazamientos masivos, con más de 90,000 personas huyendo de los ataques aéreos en los últimos cinco días.
En tanto, Estados Unidos, a través del secretario de Estado Antony Blinken, ha hecho un llamado a la moderación, instando a ambas partes a evitar una guerra total. Los esfuerzos diplomáticos se centran en lograr un cese temporal del fuego, mientras continúan los ataques aéreos y el intercambio de proyectiles, con decenas de muertos y heridos en ambos lados.
Hezbollah disparó un misil balístico de fabricación iraní, el Qader 1, hacia una supuesta sede del Mossad, aunque Israel negó que el ataque haya tenido éxito. Este misil es considerado una amenaza seria, ya que tiene un rango significativo y puede transportar una carga explosiva de hasta 800 kilogramos.
Con el norte de Israel sufriendo interrupciones, desplazamientos y cierre de escuelas, y el sur de Líbano devastado por los ataques, la región enfrenta la semana más mortífera desde la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah. La comunidad internacional sigue intentando contener la crisis, mientras la amenaza de una guerra más amplia parece inminente.