Republica Dominicana
Cada 24 de septiembre, los devotos católicos de la República Dominicana celebran el Día de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona del país. En esta fecha, cientos de fieles acuden al Santuario de la Virgen de las Mercedes en el Santo Cerro, La Vega, y a otros monumentos marianos para rendir homenaje a esta venerada advocación de la Virgen María.
Declarada Patrona del pueblo dominicano tras la Independencia Nacional en 1844, la Virgen de las Mercedes es conocida como la Virgen de la Misericordia. Su devoción llegó a América con la Orden de la Merced, estableciéndose desde los primeros días de la evangelización. El Santo Cerro es uno de los lugares más emblemáticos de esta fe mariana, considerado un vestigio sagrado desde la llegada de Cristóbal Colón.
Según la tradición, Colón quedó maravillado por la belleza del valle del Santo Cerro y mandó a plantar una cruz en honor a Dios y a la Virgen María. Con el tiempo, el lugar se convirtió en un santuario dedicado a Nuestra Señora de las Mercedes.
La importancia histórica y espiritual
Monseñor Carlos Thomas Morel Diplán, obispo auxiliar de Santiago y administrador apostólico de La Vega, explicó que la devoción a la Virgen de las Mercedes se arraigó profundamente desde la llegada de los padres mercedarios en el segundo viaje de Colón. Su misión era liberar a los cautivos y prisioneros, extendiendo la espiritualidad mariana por toda la isla.
La Virgen ha sido reconocida como protectora del pueblo dominicano desde 1615, cuando tras un terremoto, la población invocó su protección y sintió su intercesión. Desde entonces, ha sido considerada un símbolo de libertad, dignidad y respeto, especialmente en la valoración de la mujer dentro de la cultura dominicana.
Origen de la advocación
La advocación de la Virgen de las Mercedes se remonta al 1 de agosto de 1218, cuando la Madre de Dios se apareció a tres figuras de Barcelona: San Pedro Nolasco, el rey Jaime I de Aragón y San Raimundo de Peñafort. La Virgen les pidió la creación de una orden religiosa dedicada a la redención de los cautivos. Así nació la Orden de la Merced, cuya misión era liberar a los cristianos cautivos de musulmanes y piratas.
Hoy, la devoción a Nuestra Señora de las Mercedes sigue siendo una de las más importantes en la fe católica dominicana, siendo un pilar fundamental de la identidad religiosa y cultural del país.