Cooperstown, Nueva York

Adrián Beltré es ya de manera oficial un miembro del club más exclusivo y venerado del béisbol: El Salón de la Fama.

En una tarde soleada, varios miles de fanáticos se dieron cita en el histórico pueblo, donde Beltré se convirtió finalmente en el quinto dominicano en Cooperstown.

Aquel novel quien el 23 de junio de 1998 recibió lo que él mismo afirma fue una de las llamadas de mayor trascendencia de su vida, cuando fue convocado a las Mayores, luego de que el fallecido Tom LaSorda preguntara por él en las Menores, hoy es ya un inmortal.

El dominicano solo requirió de un discurso de unos 16 minutos para sintetizar una carrera que se extendió por 21 años.

Su discurso comenzó con un gesto que durante su carrera no le agradaba: observar que alguien le tocara la cabeza, algo que en esta ocasión hizo David Ortiz. El discurso solo tuvo dos minutos en español.

Beltré realizó un compendio por las cuatro franquicias en las que participó y a las que agradeció todo el soporte que mostraron para que su estadía en Grandes Ligas haya sido tan fructífera como fue.

Acompañado de sus padres, Bienvenido Beltré y Andrea Pérez, su esposa Sandra así como sus hijos Adrian Jr. y Cassandra, el hoy inmortal tuvo sus primeras palabras de agradecimiento para los extintos Pablo Peguero y Rafael Avila, quienes fueron las dos primeras personas que confiaron en su talento, tras su firma cuando aún contaba con 15 años.

“El Campo Las Palmas de Los Dodgers fue el gran hogar que me acogió y me hizo desarrollarme como pelotero, en una organización repleta de talentos de la que había que brindar lo mejor de sí”, sostuvo Beltré, quien fue el segundo de los cuatro en ser presentado en su nuevo hogar.

Allí se formó con los instructores Teodoro Martínez y Luis Ángel Montalvo, quienes principalmente le brindaron las herramientas para formarse como un antesalista, posición en la que accionó el mayor porcentaje.

Desde el Campo Las Palmas comenzó su viaje hacia las Grandes Ligas y nunca daría marcha atrás.

También mencionó a los coaches que laboraron con él en las organizaciones de los Medias Rojas, Marineros y Vigilantes, equipo que cuando lo mencionó recibió una gran ovación.

En la ceremonia, Beltré fue acompañado por Jim Leyland, Joe Mauer y Todd Helton, quienes también ingresaron al Salón de la Fama de Cooperstown, presentando sus respectivas placas que los convierte en nuevos miembros del Templo de los Inmortales del béisbol.

Por redaccion

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