Puerto Príncipe, Haití,

En un refugio improvisado en el Gymnasium Vincent, justo detrás del Palacio Nacional de Haití, 1,125 personas, la mitad de ellas menores de edad, malviven tras huir de sus hogares debido a la imparable violencia en el país. Este centro deportivo, antes un lugar de recreo para los habitantes de Puerto Príncipe, se ha convertido en un refugio inseguro dominado por bandas armadas.

De Centro Deportivo a Refugio Inseguro

Desde agosto del año pasado, en plena crisis, el Gymnasium Vincent se transformó en un refugio para familias desplazadas, según Joseph Richards, uno de sus responsables. «Constantemente nos sentimos muy inseguros debido a los enfrentamientos entre la policía y los bandidos, ya que quedamos atrapados en medio de las balaceras», afirma Richards.

La cercanía del refugio al Palacio Nacional y una comisaría local lo hace especialmente vulnerable. La policía repela los ataques de las pandillas, pero varios disparos alcanzan las paredes del recinto deportivo. EFE pudo observar decenas de perforaciones en las paredes y un tablero de baloncesto con tres impactos de bala. Algunos de estos disparos ocurrieron durante la violenta fuga de miles de presos de dos cárceles en marzo pasado.

Miedo e Incertidumbre

«Tenemos mucho miedo de estar aquí, porque en cualquier momento nadie sabe lo que puede pasar», dice Richards. «Aquí siempre hay una guerra entre las bandas y la Policía, así que no nos sentimos seguros». Además del temor a las pandillas y los disparos, la temporada de huracanes en el Atlántico ha aumentado la preocupación. «La mayoría de las carpas están todas rotas y necesitamos ayuda para resolver eso pronto», asegura.

Las familias viven en pequeñas carpas en el patio del recinto y otras en las gradas del gimnasio techado. A pesar de las difíciles condiciones, Richards señala que no desean trasladarse a otro refugio, sino regresar a sus hogares. Sin embargo, añade que «en toda la capital solo hay inseguridad».

Esperanza en la Misión Multinacional

La misión multinacional liderada por Kenia, con el visto bueno de la ONU, tiene como objetivo frenar la violencia y proporcionar seguridad para que los desplazados puedan regresar a sus hogares. Richards espera que la misión «llegue pronto y enfrente a las bandas que hay en el país, eso es lo primero, para que haya seguridad». Sin embargo, con un evidente desánimo, considera que probablemente tendrán que permanecer en el gimnasio durante al menos un año más antes de poder volver a sus hogares.

Nuevas Esperanzas con el Primer Ministro Garry Conille

El recién designado primer ministro, Garry Conille, llegó este sábado al país para asumir el cargo. Richards confía en que «traiga un buen futuro para Haití», aunque también se muestra escéptico. «No creo que nadie pueda arreglar este país, porque con todos los gobiernos solo han sido promesas y el país se sigue hundiendo cada día», concluyó.

La situación en Haití sigue siendo crítica, y la inseguridad en los refugios plantea serias preocupaciones para la seguridad de sus habitantes.

Por redaccion

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