Brasil/Desastre climático
Una catástrofe climática desatada por fuertes lluvias en el sur de Brasil ha cobrado al menos 39 vidas y ha dejado a 68 personas desaparecidas, mientras que el avance de las aguas amenaza con inundaciones «sin precedentes» en la capital de Rio Grande do Sul.
Las brigadas de rescate se esfuerzan por llegar a numerosos municipios aislados, donde las comunicaciones están interrumpidas, las carreteras bloqueadas y la energía eléctrica y el agua escasean.
El volumen excepcional de los ríos ha generado alertas por posibles rupturas de presas, lo que podría empeorar aún más la situación.
En Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, el gobernador Eduardo Leite advirtió que la situación será «sin precedentes» y llamó a prepararse para lo peor. Las calles del centro histórico ya están inundadas y se espera que el río Guaíba alcance niveles históricos en las próximas horas.
Las autoridades instan a los residentes a buscar refugio, ya que el rápido ascenso del nivel del río podría cubrir vastas áreas de la ciudad.
En medio del desastre, las imágenes muestran áreas completamente anegadas, puentes y carreteras destruidas, y personas siendo rescatadas de los tejados por helicópteros.
El fenómeno climático ha dejado también 74 heridos y ha afectado a más de 351,000 habitantes, con más de 24,000 personas evacuadas en 265 localidades. Sin embargo, estas cifras son preliminares debido a la extensión del desastre.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha prometido que «no faltarán recursos» para hacer frente a la crisis, mientras que las autoridades se mantienen alerta ante la previsión de más lluvias intensas en los próximos días.
Este desastre se suma a una serie de eventos extremos que han golpeado a Brasil en los últimos meses, incluidos incendios forestales récord y otras catástrofes climáticas, lo que refleja el impacto del cambio climático y el fenómeno meteorológico de El Niño en la región.