Haití

Una nueva ola de violencia sacude a Haití, donde bandas armadas han desatado una jornada de terror en la capital y sus alrededores. En un día marcado por tiroteos indiscriminados, una comisaría de policía fue asaltada y todas las escuelas de la región capitalina enviaron a sus alumnos a casa, paralizando por completo las actividades y el transporte público.

Al menos una veintena de personas resultaron heridas en Puerto Príncipe durante este jueves, mientras persiste la confusión y el caos en el país caribeño. Según informes locales, el Hospital de la Universidad Estatal de Haití ha recibido al menos 15 personas heridas, mientras que otras dos resultaron lesionadas en el aeropuerto Toussaint Louverture, donde un avión fue blanco de disparos.

La situación se torna aún más alarmante con reportes de bandas armadas fuertemente equipadas que habrían ingresado a la Facultad de Agronomía en Damien, reteniendo a varias personas en el interior.

Este recrudecimiento de la violencia se produce horas después de que el primer ministro de Bahamas, Phillip Davis, revelara que el dirigente interino de Haití, Ariel Henry, se comprometió durante la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) a celebrar elecciones antes del 31 de agosto de 2025.

La tensión en Haití ha alcanzado niveles críticos, con observadores que sugieren que esta situación caótica podría ser aprovechada para justificar la intervención de fuerzas multinacionales en el país caribeño.

En medio de este contexto volátil, el líder de la poderosa banda G9, el ex policía Jimmy Cherisier ‘Barbecue’, anunció el inicio de una «revolución». En sus declaraciones a la prensa, Cherisier denunció el deterioro de la situación en Haití, declarando que el país «no está bajo control» y prometió derrocar al gobierno de Ariel Henry.

La incertidumbre sobre el futuro de Haití se agrava con el anuncio de Cherisier, quien junto a su federación de pandillas G9 Family and Allies, busca capturar al jefe de la policía y a ministros del gobierno e impedir el regreso de Henry al país.

La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la situación en Haití, mientras la población se enfrenta a un escenario de violencia desenfrenada y una profunda crisis política y social.

Por redaccion

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