El Papa Francisco sostuvo reuniones por separado con familiares de rehenes israelíes en Gaza y palestinos que residen en la misma zona. Durante las reuniones, utilizó términos que generaron revuelo, tales como «terrorismo» y, según algunos palestinos, «genocidio». Estas reuniones tuvieron lugar antes de que se anunciara un acuerdo de canje de prisioneros entre Israel y Hamás, así como un cese el fuego temporal, marcando el mayor progreso diplomático desde el inicio de la guerra con la incursión de Hamás en el sur de Israel en octubre.
El Papa se reunió con 12 familiares de algunos de los 240 rehenes mantenidos por Hamás y, por separado, con 10 palestinos cuyos familiares han fallecido o se han visto afectados por la guerra en Gaza. Al finalizar la audiencia general semanal, Francisco expresó que el conflicto va más allá de las guerras y calificó la situación como terrorismo. Además, pidió a Dios que ayudara a los pueblos palestino e israelí a resolver los problemas y no dejarse llevar por pasiones que al final causan daño.
La declaración del Papa generó asombro, especialmente entre la delegación palestina, que afirmó que Francisco utilizó el término «genocidio» durante el encuentro a puertas cerradas. El Vaticano ha expresado su preocupación por la situación de los cristianos en Gaza y ha instado al fin de la guerra, manteniendo la neutralidad diplomática tradicional.
El conflicto ha cobrado la vida de un gran número de personas, con más de 11,000 palestinos fallecidos en represalias israelíes en Gaza y 1,200 israelíes muertos en el ataque de Hamás el mes pasado. La posición del Papa Francisco en asuntos internacionales a menudo genera comentarios controversiales.