ACAPULCO, MÉXICO

Las víctimas mortales a raíz del devastador huracán Otis que azotó la costa del Pacífico mexicano han ascendido a 48, con la confirmación de cinco fallecidos en Coyuca de Benítez, una localidad vecina a Acapulco, en el sur del país.

Este es el primer informe que llega desde municipios limítrofes a este popular destino turístico, que cuenta con aproximadamente 780,000 habitantes y donde se concentra la mayoría de los daños materiales y de las víctimas.

Un comunicado del gobierno federal también detalla que el número de desaparecidos ha disminuido a seis, luego de que el estado de Guerrero, donde se encuentra Acapulco, informara previamente que eran 36.

Mientras tanto, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunció su visita a Acapulco el domingo.

El recuento de las víctimas ha sido lento debido a que el ciclón causó la caída de las telecomunicaciones y la interrupción del suministro eléctrico, que ha comenzado a restaurarse gradualmente durante el fin de semana.

Varios medios de comunicación han informado sobre el hallazgo de aparentes cadáveres en diferentes puntos de la ciudad.

Tras el paso de Otis, comercios y supermercados fueron saqueados por los residentes, quienes estaban desesperados por obtener alimentos y agua. Además de los saqueos, se han reportado robos de diversos artículos.

La distribución de ayuda humanitaria se inició el viernes después de la habilitación del aeropuerto de Acapulco y la progresiva mejora en las condiciones de las carreteras. Sin embargo, el proceso avanza lentamente, y en algunas áreas circundantes, la población sigue exigiendo ayuda y organizándose para limpiar los destrozos en sus negocios y viviendas.

Algunos residentes, como Miguel Antraca, de 60 años, expresaron su frustración por la falta de apoyo de las autoridades. Antraca señaló que ha enfrentado otros ciclones en el pasado, pero nada como Otis. «Esto es un desastre, jamás había sucedido esto. Antes eran huracanes más pequeños», afirmó.

El huracán Otis, en contra de todas las previsiones y rompiendo récords, se intensificó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en tan solo seis horas antes de tocar tierra.

La población local ha sido sorprendida por la magnitud de la tormenta, que por lo general permite al menos 24 horas para la preparación y la búsqueda de alimentos y agua. Sin embargo, Otis tomó por sorpresa a meteorólogos y autoridades.

La situación es particularmente desafiante para personas como Eva Luz Vargas, de 45 años, quien vende productos a turistas y cuyo esposo es pescador. Ella, al igual que otros residentes, espera la ayuda del gobierno debido a la devastación que ha afectado a la región.

Hasta la tarde del domingo, el gobierno federal informó que más de 273,000 viviendas, 600 hoteles y 120 hospitales habían sufrido diversos daños, mientras que doce carreteras y caminos permanecían bloqueados por escombros. A pesar de los obstáculos, más de la mitad de la población ha recuperado el suministro eléctrico.

De acuerdo con la consultora Enki Research, especializada en fenómenos naturales, se estima que Otis ha causado daños por alrededor de 15,000 millones de dólares.

Por redaccion

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