MADRID, España

En un dramático giro de los acontecimientos en el conflicto israelí-palestino, Israel ha iniciado una amplia ofensiva militar en la Franja de Gaza en respuesta a un ataque sorpresa de las milicias de Hamás. Esta nueva escalada de violencia amenaza con ser mucho más letal que las anteriores y ha generado una grave preocupación en la comunidad internacional.

La operación, denominada «Espadas de Hierro», comenzó con una serie de intensos bombardeos aéreos israelíes sobre la Franja de Gaza en represalia al ataque a gran escala perpetrado por las milicias de Hamás el pasado sábado. El ataque palestino involucró el lanzamiento de miles de cohetes hacia territorio israelí, dejando un saldo de al menos 600 muertos y más de 1.800 heridos, según informes de fuentes sanitarias israelíes.

Lo que hace que este conflicto sea particularmente alarmante es la incursión de milicianos armados en el sur de Israel, donde han tomado rehenes civiles y prisioneros militares, así como la toma de enclaves en varias localidades hebreas. Esta acción ha tomado por sorpresa a los observadores, ya que no se esperaba una incursión de esta magnitud en territorio israelí.

El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha declarado el estado de guerra y ha ordenado la movilización de decenas de miles de tropas de reserva, prometiendo una respuesta sin precedentes. En Gaza, se teme que la operación en curso resulte letal y devastadora, ya que los ataques aéreos israelíes han cobrado la vida de al menos 313 palestinos, incluyendo 20 menores, con cerca de 1.800 heridos en el último balance del Ministerio de Salud Palestino.

La población civil en Gaza, que se encuentra en una situación extremadamente precaria, es la más vulnerable en este conflicto. Gaza es descrita como «la cárcel a cielo abierto más grande del mundo», donde más de dos millones de palestinos, la mitad de ellos niños, viven en un área de 365 kilómetros cuadrados. Israel ha impuesto un bloqueo en Gaza desde 2007, lo que ha resultado en una dependencia extrema de la ayuda humanitaria para la supervivencia de la población, así como en un colapso económico, falta de medicamentos e infraestructura sanitaria.

Netanyahu ha instado a los palestinos a abandonar la Franja de Gaza, pero las restricciones de Israel hacen que el movimiento de la población sea casi imposible. Además, Gaza se enfrenta a cortes de electricidad y problemas de suministro de combustible, lo que agrava aún más la crisis humanitaria.

La comunidad internacional ha condenado los actos de violencia, pero las grandes potencias occidentales han respaldado a Israel, calificando los ataques de Hamás como «terroristas». Se espera que la escalada del conflicto tenga graves consecuencias para la población civil en ambos lados, y se teme una posible incursión militar israelí en Gaza en las próximas horas.

Esta nueva ola de violencia en la región se produce después de una serie de tensiones y enfrentamientos en Cisjordania ocupada, donde se han registrado muertes de palestinos en choques con tropas israelíes. Además, dentro de Israel, se han reportado enfrentamientos en zonas estratégicas.

La situación en la región es altamente volátil, y se teme que la operación militar pueda prolongarse, similar a la guerra de 2014 entre Hamás e Israel, que duró siete semanas y resultó en la muerte de miles de palestinos e israelíes. Además, se especula que las tropas israelíes podrían ingresar a Gaza en un intento de liberar a rehenes y prisioneros de milicias de Hamás.

A nivel político, esta escalada de violencia parece haber beneficiado al Primer Ministro Netanyahu, quien ha enfrentado críticas internas debido a su controvertida reforma judicial. Sin embargo, la crisis ha generado una unidad momentánea en Israel ante la amenaza externa, y la oposición política ha ofrecido formar un gobierno de unidad para afrontar la difícil situación.

A pesar de la condena internacional, se espera que la situación en Gaza y en toda la región continúe siendo tensa en los próximos días, con la mediación de Egipto como un posible camino hacia un alto el fuego. Sin embargo, la autoridad gazatí ha rechazado ofertas para negociar un alto el fuego hasta el momento, y la violencia persiste en ambos lados del conflicto.

Por redaccion

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