El Gobierno de Haití ha reafirmado su compromiso de continuar con la construcción del controvertido canal en el río Masacre, que actúa como frontera natural entre Haití y República Dominicana. Esta decisión se toma a pesar del creciente conflicto entre ambos países debido a este proyecto.
En un comunicado emitido por el Ministerio de Agricultura haitiano, se expresó la necesidad de construir el canal y asegurar que el agua se dirija correctamente a los canales, evitando impactos negativos en la vida de las personas y las plantaciones de la llanura de Maribahoux. Además, el Ministerio enfatizó su apoyo a la construcción del canal como una forma de garantizar el cumplimiento de las normas técnicas.
El comunicado también desmintió los rumores de que Haití había compartido un documento secreto con República Dominicana que respaldaba la postura de este último sobre el canal. El Ministerio afirmó que siempre defiende las posiciones que benefician a los agricultores de la llanura de Maribahoux y que están dispuestos a sentarse con todos los sectores involucrados en la construcción del canal para una mejor planificación de las obras.
Las obras del canal han generado una crisis en las relaciones entre Haití y República Dominicana. Además del cierre total de las fronteras por parte de República Dominicana, se han tomado otras medidas, como la paralización de la emisión de visados para haitianos, la prohibición de entrada a los promotores del proyecto, la construcción de una presa y el refuerzo de la presencia militar en las zonas de demarcación.
El Gobierno dominicano argumenta que la construcción del canal en el lado haitiano del río contraviene tratados internacionales, incluyendo el Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje de 1929 y el Protocolo de Revisión de 1936, que establecen la obligación de no realizar obras que puedan alterar la corriente de los ríos fronterizos o afectar sus fuentes. Esta controversia ha llevado a un aumento significativo de las tensiones entre ambos países.