Ciudad de Panamá, Panamá

El Canal de Panamá está atravesando una situación crítica debido a la disminución de las lluvias ocasionada por el cambio climático y el fenómeno de El Niño, lo que amenaza con secar esta importante vía fluvial que representa casi el 6% del comercio marítimo mundial.

El administrador del Canal, Ricaurte Vásquez, señaló que la principal desventaja de esta vía es que opera con agua dulce, mientras que otras rutas marítimas, como el Canal de Suez, utilizan agua de mar. La escasez de lluvias ha llevado a restringir el calado de los buques que transitan por el Canal, lo que resultará en una pérdida de aproximadamente 200 millones de dólares en ingresos para 2024. Para este año

«Tenemos que encontrar soluciones para poder seguir siendo una ruta relevante para el servicio al comercio internacional. Si no nos adaptamos, entonces vamos a fallecer», advirtió Vásquez en una presentación ante la prensa.

El calado de los buques se redujo a 43 pies (13.11 metros) hace unos meses, dos pies menos de lo permitido anteriormente. Se espera que las restricciones continúen al menos hasta septiembre del próximo año, y actualmente, en promedio, cruzan 32 buques diariamente, en comparación con los 40 que solían cruzar en 2022.

Desde su apertura en 1914, más de un millón de embarcaciones han cruzado el Canal de Panamá, siendo Estados Unidos, China, Japón y Chile sus principales usuarios.

Debido al menor calado, algunos buques han tenido que descargar contenedores en el puerto pacífico de Balboa y luego cargarlos nuevamente en Colón, en el Caribe, después de cruzar el Canal. Estos contenedores son transportados en tren de una costa a otra, lo que implica demoras, aunque no necesariamente mayores costos para las navieras.

El aumento de la salinidad en el agua de la vía interoceánica, causado por la falta de lluvia, ha creado inconvenientes adicionales. La cuenca hidrográfica del Canal, que incluye los lagos Gatún y Alhajuela, suministra agua a tres ciudades, incluida la capital, donde reside la mitad de la población del país. La mezcla de agua de mar con agua dulce, que se produce cuando se abren las compuertas que dan al mar, plantea desafíos para el suministro de agua potable.

Aunque existe la opción de utilizar agua de mar en el Canal, esta ha sido descartada debido a las dificultades técnicas y las grandes excavaciones que requeriría. El terreno rocoso y una cordillera representan un reto para implementar esa solución.

El Canal de Panamá, un logro ingenieril histórico, enfrenta ahora un desafío sin precedentes para mantenerse operativo en medio de la sequía y las condiciones cambiantes del clima, lo que pone en juego su importancia como vía de tránsito vital para el comercio internacional.

Por redaccion

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