Madrid, España

El Gobierno de Estados Unidos ha tomado la decisión de ordenar la salida de Haití de todos los familiares de funcionarios estadounidenses y de los empleados considerados «no esenciales» que se encuentren en territorio haitiano. Esta medida ha sido adoptada en respuesta a la grave situación de inseguridad y la oleada de violencia que afecta al país caribeño.

El Departamento de Estado estadounidense ha emitido un aviso de viaje en su página web, instando a sus ciudadanos a no viajar a Haití debido a los elevados niveles de secuestros, crimen, desórdenes civiles y la deficiente infraestructura sanitaria. A aquellos ciudadanos estadounidenses que ya se encuentren en Haití, se les ha solicitado abandonar el país lo antes posible utilizando vías comerciales u otras opciones de transporte privadas.

El Departamento de Estado ha hecho hincapié en que los secuestros en Haití son frecuentes y generalizados, afectando incluso a ciudadanos estadounidenses. Los secuestradores han llevado a cabo planes sofisticados y también han aprovechado oportunidades no planificadas para perpetrar estos delitos. Además, ha destacado que los casos de secuestro suelen implicar negociaciones para el pago de rescates, y algunas víctimas estadounidenses han resultado heridas durante estos incidentes.

La violencia criminal en el país también se ha intensificado, con un aumento significativo de linchamientos de supuestos criminales desde abril. Los viajeros han sido víctimas de robos violentos poco después de salir del Aeropuerto Internacional de Puerto Príncipe.

El clima social en Haití también es inestable, con frecuentes protestas, manifestaciones y bloqueos de carreteras que pueden derivar en violencia. Las autoridades locales tienen limitaciones extremas para proporcionar servicios de emergencia a los ciudadanos estadounidenses en el país, y la policía local carece de recursos para responder de manera efectiva ante incidentes criminales graves. Además, la escasez de recursos básicos, como gasolina, electricidad, medicamentos y suministros médicos, está afectando a gran parte de Haití, y las autoridades han confirmado un brote reciente de cólera.

La decisión de ordenar la salida del personal no esencial y los familiares de funcionarios estadounidenses de Haití se produjo poco después de que la Embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe confinara a su personal diplomático en el recinto de la legación debido a «intensos tiroteos» en las cercanías. Ante este panorama, se aconsejó evitar la zona y abstenerse de participar en manifestaciones y grandes reuniones.

La situación de seguridad en Haití sigue siendo motivo de preocupación, y las autoridades estadounidenses están tomando medidas para proteger a sus ciudadanos y asegurar su bienestar en el país.

Por redaccion

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