Mississippi, EE.UU.

Este martes, en una entrevista transmitida por el programa de televisión «Good Morning America», Aderrien Murry, un niño de 11 años, relató su experiencia después de ser baleado por un agente de policía en Mississippi. El incidente ocurrió el 20 de mayo en Indianola, una localidad rural de Mississippi, ubicada a aproximadamente 153 kilómetros (95 millas) al noroeste de la capital, Jackson.

Aderrien comentó que llamó a la policía para pedir ayuda a favor de su familia y que, posteriormente, sintió un fuerte golpe en el pecho, lo cual resultó ser una bala que le perforó el pulmón. «De verdad pensé que iba a morir», afirmó en la entrevista.

La madre de Aderrien, Nakala Murry, presentó una demanda federal el martes contra Indianola, el jefe de policía de la localidad y el agente responsable del disparo. La demanda busca una compensación mínima de 5 millones de dólares y alega que Indianola no brindó una capacitación adecuada al agente y que este utilizó fuerza excesiva.

Según el abogado de la familia Murry, Carlos Moore, el incidente ocurrió cuando el padre de uno de los hermanos de Aderrien se presentó en la casa de la familia a las 4 de la madrugada, lo que llevó a Nakala Murry a pedirle a su hijo que llamara a la policía. Moore mencionó que dos agentes llegaron a la residencia y uno de ellos derribó la puerta principal antes de que Nakala Murry la abriera. Aunque la madre informó que el hombre había dejado la casa, les dijo que había tres niños dentro.

El abogado indicó que Nakala Murry relató que el sargento Greg Capers, quien es de raza negra, comenzó a gritar y exigió que cualquier persona dentro de la casa saliera con las manos en alto. Aderrien, también de raza negra, se dirigió a la sala con las manos vacías, momento en el cual Capers le disparó en el pecho.

Aderrien Murry permaneció hospitalizado durante cinco días debido a un colapso pulmonar, una laceración hepática y fracturas de costillas, según el abogado Moore.

Durante la entrevista en «Good Morning America», Aderrien expresó su gratitud por estar vivo y atribuyó su supervivencia a la intervención divina. «Dios fue quien salvó mi vida, y realmente creo en eso», dijo el niño.

Por redaccion

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *