Puerto Príncipe, Haití

En las bandas armadas que generan terror en Haití, las mujeres desempeñan diversos roles, que van desde simplemente apoyar a sus parejas que son miembros de estos grupos, hasta participar directamente en actividades delictivas.

Según fuentes policiales que prefirieron mantener el anonimato, las mujeres han sido detenidas en varias ocasiones por formar parte de estas bandas. A menudo, afirman no tener conocimiento de las actividades criminales en las que están involucradas.

Aunque la inmensa mayoría de los miembros de las bandas son hombres, también se encuentran niños y decenas de mujeres, que no solo aparecen en videos musicales grabados por estos grupos o en las redes sociales durante las festividades de las pandillas violentas.

Rosy Auguste Ducéna, responsable de programas de la ONG Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), señala que la participación menos activa de las mujeres implica ser pareja o hermana de un miembro de un grupo violento. Estas mujeres no actúan directamente en la banda, pero comparten la vida con hombres que saben que forman parte de asociaciones delictivas y reciben una parte de los beneficios obtenidos de sus actividades criminales, de los cuales ellas también se benefician.

En algunos casos, cuando una mujer se niega a convertirse en esposa de un miembro de la banda o a mantener relaciones sexuales con él, se ve obligada a abandonar su barrio. Incluso se han registrado al menos diez asesinatos de mujeres en esta situación.

Por otro lado, hay mujeres que desempeñan un papel más activo en las bandas, involucrándose directamente en las actividades de sus parejas. Estas mujeres aceptan y participan directamente en las acciones criminales, portando armas, como se puede apreciar en imágenes que circulan en las redes sociales.

Según informaciones compartidas por RNDDH, algunas bandas van acompañadas de mujeres cuando realizan ataques, con el objetivo de evitar levantar sospechas. Estas mujeres tienen la tarea de robar objetos de valor en los lugares que serán incendiados posteriormente por los delincuentes. Además, en ocasiones, también participan en secuestros, no limitándose únicamente a realizar tareas domésticas, sino vigilando a los rehenes.

Aunque no se han reportado grupos armados exclusivamente conformados por mujeres ni hay información sobre mujeres que asesinen sistemáticamente a personas, se cree que aceptan la violencia ejercida en los ataques.

En los últimos años, la prisión femenina de Cabaret ha sido blanco de múltiples ataques por parte de bandas, especialmente aquellas que operan en la zona de Canaan, al norte de Puerto Príncipe. Estos ataques tienen como objetivo liberar a algunas de las presas. En septiembre del año pasado, un ataque armado dejó al menos dos muertos, incluyendo una reclusa, y aproximadamente 145 internas de un total de 250 lograron escapar.

Por redaccion

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