Jartun, Sudán
La capital de Sudán, Jartum, fue sacudida por fuertes explosiones y enfrentamientos violentos entre el ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) el miércoles pasado, en medio de una guerra por el poder que ha durado más de tres semanas. A pesar de la tregua de siete días, los combates más violentos desde la semana pasada estallaron en la ciudad.
Los habitantes de Jartum y de la ciudad vecina de Omdurman se despertaron por el ruido de las explosiones y disparos con artillería pesada. Los residentes de El Obeid, a 350 km al oeste de Jartum, también informaron de combates y explosiones.
El ejército del general Abdel Fatah al Burhan y las Fuerzas de Apoyo Rápido del general Mohamed Hamdan Daglo enviaron delegados a Yeda, Arabia Saudita, el sábado pasado para entablar negociaciones «técnicas» sobre la apertura de corredores humanitarios. Sin embargo, hasta el momento no se ha anunciado ningún avance en las negociaciones.
El conflicto ha causado hasta ahora al menos 750 muertos y 5.000 heridos, y ha dejado a más de 700.000 personas desplazadas internamente. Unas 150.000 personas han huido a países de la región, según cifras compiladas por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, que había llegado a Yeda el domingo pasado, ya se marchó después de proponer a ambas partes que se comprometan a «garantizar el paso de ayuda humanitaria».
Antes de entrar en conflicto abierto, los generales Al Burhan y Daglo llevaron a cabo juntos un golpe de Estado para expulsar a los civiles del poder en octubre de 2021. Dos años antes, el ejército había derrocado al dictador Omar al Bashir, en el poder desde hacía tres décadas, bajo la presión de una gran movilización popular. Los habitantes de Jartum sobreviven encerrados en sus casas por miedo a las balas perdidas, sin agua ni electricidad en muchos casos y con escasas reservas de comida y dinero.