Santo Domingo, RD. — En su juventud, Henry Hierro jamás imaginó que su nombre quedaría grabado entre las leyendas del merengue dominicano. Su verdadera pasión era el rock and roll, pero el destino —y la insistencia de su abuela— lo guiaron hacia el género que más tarde lo convertiría en un ícono de la música tropical.
Con el paso de los años, Hierro abrazó el merengue con alma y corazón, aportando una energía única y un estilo inconfundible. Su carrera dio un giro trascendental cuando, junto a Víctor Roque, fundó en Nueva York la orquesta La Gran Manzana, una agrupación que marcó época en los años dorados del merengue.
Lo que comenzó como una aventura impulsada por las circunstancias se transformó en una historia de éxito, ritmo y legado. Hoy, Henry Hierro es reconocido como una gran manzana de oro, símbolo de talento y orgullo de la tierra del merengue.















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