EFE – 28/08/2025
Uno de los patrones más estudiados en las ciencias sociales es la llamada “curva del bienestar”, la cual muestra que, tras la infancia, los niveles de felicidad tienden a disminuir progresivamente hasta alcanzar su punto más bajo en la mediana edad —alrededor de los 50 años—, para luego repuntar en la vejez.
Sin embargo, este modelo parece estar desapareciendo como consecuencia del deterioro de la salud mental entre los jóvenes.
Expertos advierten que los trastornos emocionales, en particular la ansiedad y la depresión, se han convertido en los problemas más comunes entre la población joven, lo que desplaza la etapa de mayores preocupaciones a edades cada vez más tempranas.
Este cambio representa un desafío no solo para los sistemas de salud, sino también para la educación, la familia y la sociedad en general, que deben abordar nuevas estrategias de prevención y atención para garantizar el bienestar emocional de las próximas generaciones.
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