Odesa, Ucrania
Un nuevo ataque nocturno con drones por parte de Rusia dejó al menos una persona muerta y 14 heridas —incluyendo tres rescatistas— en la ciudad de Odesa, según confirmaron este viernes las autoridades ucranianas. El bombardeo también causó graves daños a infraestructuras ferroviarias, edificios residenciales y otras instalaciones civiles clave.
El gobernador de la región, Oleh Kiper, informó a través de Telegram que, aunque las defensas aéreas lograron interceptar parte del ataque, varios drones lograron impactar contra edificios de gran altura, una institución educativa, un gasoducto y vehículos particulares. Las imágenes compartidas mostraban viviendas envueltas en llamas y estructuras parcialmente destruidas.
La empresa ferroviaria estatal Ukrzaliznytsia confirmó que la estación de tren local también fue alcanzada, sufriendo daños en cables y vías, lo que afectó el servicio ferroviario en la zona.
Según datos del ejército ucraniano, Rusia lanzó un total de 86 drones durante la noche. De estos, 34 fueron interceptados, mientras que al menos 10 impactaron directamente en edificios de Odesa y otros 36 se perdieron. Además, los ataques afectaron al menos otras ocho localidades, entre ellas Járkov, donde resultaron heridas cuatro personas, incluidas dos menores de 12 y 17 años.
Zelensky responsabiliza a Rusia y exige respuesta global
El presidente Volodimir Zelensky condenó enérgicamente el ataque, al que calificó como parte de la “táctica de terror deliberado” del Kremlin contra la población civil. “Este ataque es un recordatorio para el mundo de que Rusia rechaza un alto el fuego y elige matar”, denunció el mandatario en sus redes sociales.
Zelensky también pidió una respuesta más firme de Occidente, subrayando que el régimen de Vladimir Putin no muestra señales reales de querer negociar una paz duradera. “Es por eso que debe enfrentarse a una respuesta contundente, una que tenga impacto en su capacidad de continuar la guerra”, afirmó.
Además, advirtió que los próximos ataques podrían centrarse en las infraestructuras energéticas ucranianas, las cuales ya se encuentran debilitadas por ofensivas anteriores. Funcionarios del sector señalaron que el riesgo para el suministro eléctrico del país es cada vez mayor debido a la amenaza constante de bombardeos rusos.
Este nuevo episodio de violencia ocurre mientras los esfuerzos diplomáticos internacionales para negociar un alto al fuego se mantienen en curso, aunque sin avances significativos. La guerra en Ucrania sigue mostrando una escalada preocupante en el uso de drones y misiles, tanto por parte de Rusia como de Kiev.
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