Puerto Príncipe, Haití
Haití volvió a quedar totalmente a oscuras después de que residentes de Mirebalais y comunidades cercanas ocuparan la central hidroeléctrica de Péligre, la mayor fuente de energía del país, y derribaran una torre de alta tensión en protesta por la inseguridad y la inacción del Gobierno frente a las bandas armadas que dominan la región. reuters.com
Protestas y sabotaje
El corte de suministro comenzó la noche del martes, cuando los manifestantes exigieron garantías de seguridad tras el incendio de un vehículo blindado de la Policía Nacional de Haití (PNH) por parte de pandillas que operan en el departamento del Centro. Durante la movilización se registró el derribo de la infraestructura eléctrica, acción que paralizó por completo la generación de la planta. Hasta el cierre de esta edición, ni la compañía estatal Electricité d’Haïti (EDH) ni el Consejo Presidencial de Transición habían emitido declaraciones. reuters.com
Una región asediada por la violencia
La zona de Péligre lleva meses bajo el acoso de Viv Ansanm (Vivre Ensemble), la coalición de bandas armadas designada como organización terrorista transnacional por EE. UU. el pasado 2 de mayo. El grupo controla amplias franjas del país, incluidas rutas estratégicas y poblados del Plateau Central, y ha provocado el desplazamiento forzoso de más de un millón de personas, según estimaciones de la ONU. apnews.com
Antecedentes de sabotaje
El incidente se produce apenas un mes después de un cierre similar en mayo, cuando manifestantes ocuparon la hidroeléctrica para exigir la intervención del Estado y el desalojo de las bandas que controlan Mirebalais. Aquella protesta mantuvo a Puerto Príncipe sin energía durante más de diez días y concluyó tras una negociación gubernamental que prometía reforzar la seguridad—una promesa que, según los residentes, no se ha cumplido. haitiantimes.com
Impacto nacional
- Puerto Príncipe y varias provincias permanecen sin servicio eléctrico, afectando hospitales, redes de telecomunicaciones y distribución de agua.
- El apagón agrava la crisis humanitaria, ya que muchas localidades dependen de generadores diésel en medio de una escasez crónica de combustible.
- Comerciantes y organizaciones de ayuda advierten que la falta de luz y refrigeración pone en riesgo la cadena de frío de alimentos y medicinas.
Próximos pasos
Fuentes en EDH indicaron extraoficialmente que las reparaciones podrían tardar varios días, pues el personal técnico necesita protección de las fuerzas de seguridad para acceder a la represa y restablecer la línea derribada. Mientras tanto, líderes comunitarios reiteran que no levantarán la ocupación hasta que el Gobierno presente un plan de seguridad creíble que incluya la presencia de fuerzas internacionales respaldadas por la ONU, actualmente estancadas.
El apagón subraya la fragilidad del sistema eléctrico haitiano, dependiente en un 30 % de Péligre, y la urgencia de una respuesta coordinada para frenar el poder de las bandas que han convertido la energía —y la vida cotidiana— en rehén de su control territorial.
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