Santo Domingo RD
Han pasado treinta días desde la trágica noche del 8 de abril, cuando el expelotero dominicano Octavio Dotel perdió la vida en el lamentable suceso ocurrido en la discoteca Jet Set. Desde entonces, su ausencia ha dejado un profundo vacío en el corazón de su familia, especialmente en el de su esposa, Massiel Javier, quien este miércoles compartió públicamente lo difícil que ha sido enfrentar el primer mes sin él.
“Nunca se sabe cuándo será la última vez”, expresa Massiel al recordar los planes que tenían como pareja. Para estas fechas, probablemente estarían organizando un viaje, una de esas escapadas espontáneas que tanto disfrutaban. Sin embargo, hoy enfrenta una realidad completamente distinta: la de un hogar sin la risa contagiosa de quien ella llama “el niño grande de la casa”.
Durante las pasadas festividades navideñas, Octavio y Massiel compartieron momentos entrañables en familia, celebrando la vida con alegría, como siempre lo hicieron. “Él vivía intensamente, y hacía que todos a su alrededor también lo hiciéramos”, cuenta.
La tragedia del Jet Set no solo impactó al mundo del entretenimiento y del deporte, sino que dejó marcas imborrables en quienes conocieron de cerca la generosidad, el carisma y el espíritu alegre de Dotel.
Octavio Dotel, quien brilló durante años en las Grandes Ligas y representó con orgullo a República Dominicana, ahora vive en la memoria de su familia, fanáticos y compañeros. Su esposa, Massiel, asegura que seguirá honrando su legado, aferrándose a los recuerdos y al amor que construyeron juntos.
“Su luz sigue aquí, en cada rincón de nuestra casa y en cada gesto de quienes lo amamos”, concluye con voz entrecortada, pero con la entereza de quien ha amado profundamente.
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