Washington, EE.UU.
El presidente estadounidense Donald Trump presentó este viernes su primer borrador presupuestario del nuevo mandato, centrado en la seguridad nacional y fronteriza, con recortes drásticos a programas sociales, ayuda internacional y proyectos vinculados al cambio climático.
La propuesta incluye un incremento del 13% en el gasto militar y un aumento del 65% para el Departamento de Seguridad Interior, con el objetivo de reforzar lo que el mandatario ha denominado una lucha contra la «invasión migratoria».
La Casa Blanca plantea una reducción del 22% en el gasto público no militar, lo que equivale a unos 163,000 millones de dólares. Programas de diversidad, educación para migrantes, planificación familiar en el extranjero y protección climática están entre los más afectados.
Según el documento, el presupuesto elimina fondos para «ideologías radicales de género y raciales» y propone cerrar por completo la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), criticada por la administración por financiar “prioridades de extrema izquierda”.
La ayuda exterior estadounidense también enfrenta un fuerte recorte, incluyendo el fin de subvenciones a ciudades con energía cero en México y a programas sanitarios en Afganistán, Siria y África.
El plan contempla deportaciones masivas, eliminación de beneficios para inmigrantes indocumentados y el cierre de programas de acogida, alfabetización multilingüe y apoyo educativo a hijos de trabajadores agrícolas migrantes.
También se reducirá significativamente el presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que pasará de 48,000 a 27,000 millones de dólares. La administración acusa a la agencia de financiar investigaciones «ideológicamente peligrosas», como estudios sobre salud mental en adolescentes transgénero.
Asimismo, la propuesta afecta a organismos clave como la NOAA y la NASA, cuyos datos respaldan investigaciones sobre el cambio climático, al considerar sus programas como innecesarios o políticamente sesgados.
El senador demócrata Chuck Schumer calificó el borrador como un «ataque a gran escala a los estadounidenses que trabajan duro», acusando a Trump de desmantelar la sanidad, la educación y el apoyo a familias vulnerables, mientras beneficia a multimillonarios y grandes corporaciones.
La propuesta, aún en fase preliminar, debe pasar por el Congreso de EE. UU., donde se anticipa un complejo proceso de aprobación y posibles modificaciones.
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